La arquitectura es el molde y reflejo de nuestros valores, nuestras necesidades y nuestras aspiraciones. La entendemos como una consecuencia cultural que refleja las tendencias políticas, económicas, sociales y tecnológicas de cada época y lugar. No solo resuelve problemas técnicos del habitar, sino que también responde a necesidades emocionales, espirituales y humanas.

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Es importante porque nos proporciona un entorno habitable en el que podemos desarrollar nuestras vidas de una manera saludable, segura y productiva. La calidad de los espacios edificados influye en nuestra salud física y mental, nuestro bienestar, nuestras relaciones interpersonales y nuestro trabajo.

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La buena arquitectura es fundamental, ya que es la que nos permite vivir en espacios más saludables que reflejan nuestras necesidades y valores, por lo que pueden ser una herramienta para el cambio social y la difusión de la cultura. Al ser multidisciplinaria, creemos en que la arquitectura fomenta el diálogo y la colaboración entre diferentes campos de conocimiento y profesiones. No es solo tarea de los arquitectos, ya que es el entorno perfecto para la interdisciplinariedad y la innovación, involucrando diferentes escalas, materiales, tecnologías y procesos. Promueve la creatividad, la adaptabilidad y la flexibilidad, así como la capacidad de trabajar en equipo.

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Para nosotros, la arquitectura es una disciplina compleja y desafiante que requiere de la pasión, el compromiso y la responsabilidad de todos los actores involucrados. No es un fin en sí misma, sino un medio para mejorar nuestra calidad de vida y nuestro entorno, ahora y en el futuro.