Sistemas Pasivos en la Arquitectura
En la arquitectura, conocemos como sistemas pasivos al aprovechamiento de elementos naturales para mantener el ambiente en el interior de un edificio. La idea concreta es lograr el bienestar térmico, lumínico y acústico sin gastar electricidad u otros recursos mecánicos, lo que permite reducir el consumo energético en nuestro día a día, y como resultado, disminuir el impacto ambiental y económico del proyecto.
A lo largo de la historia, los sistemas pasivos han desempeñado un papel fundamental en la configuración de los espacios habitables. En climas cálidos, por ejemplo, los patios interiores y el aprovechamiento de corrientes de aire cruzadas han permitido la ventilación natural y el enfriamiento de los espacios. Mientras que, en climas fríos, la arquitectura ha aprovechado la orientación solar, los materiales térmicos y la captación de calor, para mantener el confort en el interior.
El uso de elementos arquitectónicos, como voladizos, pérgolas y celosías, también nos ayuda a proteger las fachadas de la radiación solar directa y reducir el sobrecalentamiento interior.
La integración de elementos de agua como fuentes, estanques o espejos de agua funcionan no solo como elementos estéticos, sino también para refrescar el ambiente mediante la evaporación del agua, así como un aislante de los ruidos del exterior si es diseñada con una caída constante.
La selección de materiales es una tarea esencial, saber aprovecharlos de acuerdo con sus propiedades contribuye significativamente a reducir los costos de energía a largo plazo y mejorar la calidad de vida, tal como es el caso de la piedra y la madera, que aparte de que ofrecen aislamiento y durabilidad, si se utilizan de una manera correcta, pueden provocar una conexión íntima con el entorno natural.
Es importante entender el impacto de aprovechar los sistemas pasivos también desde el punto de vista ambiental, la industria de la construcción hoy en día es responsable de casi el 40% de las emisiones de dióxido de carbono del mundo, el 11% de las cuales son el resultado de la fabricación de materiales de construcción como el acero, el cemento y el vidrio. Unos años más tarde, después de una pandemia global que trajo cambios rutinarios y evidencia indiscutible del cambio climático, las emisiones de CO₂ siguen aumentando.
A raíz de esto, han surgido nuevas ideologías y propuestas para poder cambiar el rumbo en el que nos encontramos. Los términos Energía Cero Neto y Carbono Cero Neto serán temas más frecuentes en la conversación de un nuevo proyecto de construcción.
La Energía Cero Neto, sugiere que el inmueble sea capaz de producir y compensar la energía necesaria para ser construido y operar, lo cual es logrado a través de almacenaje de energías naturales como paneles solares o captación de agua pluvial, la medición del consumo y uso de energías limpias, así como la optimización del diseño del proyecto.
Por otro lado, las emisiones de Carbono Cero Neto, corresponden a un proyecto que es capaz de reducir las técnicas constructivas y materiales que generan altas emisiones de carbono, de manera que las emisiones de carbono evitadas compensen o superen las que se emiten finalmente.
Con el propósito de planear y trabajar por un mejor futuro, la búsqueda permanente de la sustentabilidad y el entendimiento del diseño pasivo son fundamentales y prepararnos para ello, una obligación.
Kéré Architecture . Center for Health and Social Advancement